Magallanes
Que hubiera pasado si…
Por Jonathan Hernández Hernández
Educador Social – Psicopedagogo
Caballos por las calles, mucha inseguridad, ciudades con escases de vivienda y servicios por el alto aumento de la migración, el gobierno de Chile tiene en absoluto abandono las zonas sur y austral del país, pero a nadie le importa.
Claramente no estoy hablando de la actualidad, si no de Chile en los años 1860, aunque cualquier parecido con la actualidad es mera coincidencia y el motivo por el cual lo menciono, es porque hace pocos días se conmemoro uno de los hechos más curiosos de nuestra historia, y me refiero a la conmemoración de los 164° años de la coronación de Orélie Antoine de Tounens, a quien llamare desde ahora como Antonio, y que la historia llamó un loco por intentar concretar el sueño de toda su vida, ser el Rey de la Araucania y la Patagonia.
Sin querer entrar en relatarles la historia completa, ya que basta literatura hay en su honor, aunque poco se habla de ello en las escuelas, Antonio, soñó y se preparo toda su vida para viajar desde su natal Francia para hacer posesión del territorio inexplorado de la Araucania y la Patagonia, conociendo que era territorio habitado exclusivamente por pueblos originarios, el soñaba con verlos libres y soberanos, con derechos como cualquiera y sin esclavitud, por supuesto, bajo su reinado y Francia a la cabeza.
Joven Hombre con una barba abundante, poncho y un cintillo rojo atado a la frente, tras llegar a estas lejanas tierras tomó rumbo a la Araucania donde, según dicen, logro tener la aprobación de Loncos Mapuches locales para concretar su idea “civilizadora”, posteriormente llevó a cabo su coronación y con bandera, escudo de armas, y monedas ya acuñadas, llamó finalmente la atención del estado chileno quien en 1862 llevo a cabo su captura y primera de las 3 expulsiones a su tierra natal por tan “demente” idea.
No me queda más que imaginar, y los invito también a reflexionar, que seria de nuestra Magallanes bajo éste reino de haber logrado concretarse, que tanto hubiera cambiado la historia y nuestra cultura, ¿francés y Mapuzungun como lenguas principales de nuestro estado?, ¿saludos y despedidas con un beso en cada mejilla?, ¿una baguette y buen queso al desayuno y once?, y quizás en este próxima celebración de año nuevo estaríamos brindando con Champagne y no con la clásica sidra, de una u otra manera, este trozo de la historia no se debe olvidar, con humor o con seriedad cuestionarse que tanto se valora nuestro territorio, el hacer patria en el extremo austral, el valor turístico y científico de nuestra posición y tantas otros análisis que se pierden entre banalidades y riñas políticas, pues no necesitamos otro Antonio para valorar al pueblo Patagónica y su tierra.