Entrevistas
Se han encontrado 128 sitios arqueológicos durante la construcción de la ruta Vicuña – Yendegaia
Por: Ignasio Palma
La profesional Monica del Castillo, de Tanu Arqueología, compañía que monitorea permanentemente los trabajos que realiza el Cuerpo Militar del Trabajo (CMT) en el frente sur de la Ruta Vicuña – Yendegaia, concedió una entrevista sobre esta zona donde, hasta la fecha, se han hallado 128 sitios arqueológicos.
La Ruta Estancia Vicuña – Bahía Yendegaia, una vez concretada, no sólo significará una importante vía de conectividad para los habitantes de Isla Navarino, Tierra del Fuego y el resto de la región, sino que también abarcará zonas patrimoniales relevantes, especialmente en el frente sur.
Así se ha podido corroborar con los 128 sitios arqueológicos hallados hasta el momento, gracias al monitoreo arqueológico permanente que Tanu Arqueología realiza a las labores que desarrolla el Cuerpo Militar del Trabajo (CMT), en el tramo de Caleta 2 de Mayo.
La arqueóloga de dicha compañía, Mónica del Castillo, explica que su función consta en la “vigilancia constante de movimientos de tierra y de la protección al patrimonio arqueológico” que hay en la zona.
Según la profesional, los sitios arqueológicos encontrados abarcan la totalidad de la bahía y se internan por los bosques subantárticos. Es por ello que es común ver letreros aledaños al camino, donde reza el mensaje “Sitio arqueológico protegido por Ley Nº 17.288. Prohibido el acceso”.
¿Cuáles son las principales características que tienen estos sitios arqueológicos?
“Podemos encontrar desde contextos de conchales anulares o casas pozo, a otros basurales conchíferos. Tenemos también un contexto específico para cazadores recolectores terrestres. Y también se ha registrado, el 2017 por el arqueólogo Francisco Gallardo, un contexto de arte rupestre con dos motivos figurativos principales, los cuales son comparables un poco con los sitios que se encuentran también registrados en Isla Picton e Isla Hoste (Alero Picton y Alero Martín González, respectivamente)”.
¿Principalmente son del Pueblo Yagán o también se han visto de Selknam?
“Los contextos arqueológicos de la bahía corresponden principalmente a la etnia yagán. Son todos los que se encuentran en el ámbito costero, y probablemente los que se internan hacia dentro del valle.
No obstante, existe también este contexto de cazadores terrestres. Es un depósito con huesos o faenamientos de guanacos, y probablemente respondan a la etnia selknam”.
Tengo entendido que integrantes de la Comunidad Yagán Bahía Mejillones han tenido oportunidad de visitar estos sitios, ¿no?
“Ellos han venido al menos en dos ocasiones. Han visto el trabajo que nosotros como equipo de arqueología hemos hecho. Están conformes al menos con el resguardo patrimonial que aquí se lleva. Y también están súper comprometidos de recibir en el museo de Puerto Williams las colecciones que aquí se extraigan cuando se haga la caracterización arqueológica, ya que este patrimonio es de ellos. A ellos les pertenece. Como empresa, como Cuerpo Militar del Trabajo y como una obra MOP también, lo que se espera es que el patrimonio que aquí se extraiga pueda volverse parte de lo que ellos ya tienen adquirido o de lo que ya se ha investigado”.
Variantes en la ruta
Los propios hallazgos arqueológicos, así como también las eventualidades medioambientales, han obligado a crear variantes en la ruta originalmente establecida. El jefe de la Subjefatura Zonal del CMT “Punta Arenas”, teniente coronel Joaquín Inostroza, explica que al estar constantemente trabajando bajo estudio de prefactibilidad, hay ciertos elementos que no están precisados en detalle, por lo que estos se van encontrando y analizando a medida que avanzan en la ruta.
“En dos ocasiones, hemos construido el camino en variantes para evitar la afectación de un bosque maduro o de algún sitio arqueológico. Es tan importante para nosotros el respeto al medio ambiente y al patrimonio arqueológico de la zona, de que si tenemos que decidir el cambio del trazado o solicitar el cambio del camino, lo hacemos en pos del patrimonio medioambiental y el patrimonio arqueológico de la zona”, dice el teniente coronel Inostroza.
Mónica, ¿qué te parece este trabajo en conjunto con el CMT y MOP para optar por variantes en la ruta y así evitar sobrepasar sitios arqueológicos?
“Como arqueóloga, a mí me parece súper importante que este tipo de proyectos cuenten con líneas de base sólidas, que permitan proyectar los caminos de manera de resguardar el contexto patrimonial. Que los caminos que se generen, se encuentren.
Es por esto que el trabajo que hace el Cuerpo Militar aquí en Caleta 2 de Mayo es muy importante y es pionero, porque no se han afectado los sitios directamente. Se ha intentado ir serpenteando el contexto arqueológico e incorporándolo también así al conocimiento que tienen.
Nuestros operadores, los capitanes, los tenientes, la oficina técnica, toda la gente que está aquí, está en conocimiento de que estamos en un lugar muy denso arqueológicamente, y es por ello que se vela por el cuidado del patrimonio. No solamente a nivel de mandos, ejecutando estos cambios de trazado que se han visto en el camino, sino también en las bases. Todos los operadores tienen inducciones, charlas periódicas. Ellos también están en constante aprendizaje sobre el contexto arqueológico y el patrimonio, sobre las leyes. Aquí todo el mundo está súper informado sobre el contexto arqueológico y son parte del resguardo patrimonial”.
Una mirada a futuro
¿Qué relevancia tendrán estos sitios cuando esté lista la ruta?
“Cuando este lugar ya sea abierto al público como parque nacional, probablemente uno de los atractivos turísticos más importantes y más preponderantes, sean los contextos arqueológicos que tenemos en la bahía.
Actualmente, hay registrados sitios enormes y con mucho atractivo visual, como por ejemplo el 12Yen024, que es un contexto que corresponde a viviendas temporales yaganes, el cual es muy atractivo a la vista y se encuentra ubicado justo bajo un corte.
Todos estos sitios que conforman la gran densidad arqueológica de la bahía van a ser un atractivo turístico súper importante.
Al igual, por ejemplo, que el sitio con arte rupestre, que queda directamente sobre la ruta, lo cual va a aportar al conocimiento específico de la etnia yagán, el cual está súper poco estudiado a partir del contexto arqueológico. Si bien hay estudios etnográficos, hay pocos estudios arqueológicos sistemáticos”.
¿Qué próximos desafíos tendrán ustedes como compañía arqueológica en este lugar?
“Caracterizar los contextos arqueológicos que ya están registrados. ¿Qué quiere decir esto? Que se va a venir una nueva etapa posterior al monitoreo arqueológico permanente, que es el sondeo. Vamos a excavar. Quizás en un futuro más cercano se van a excavar todos los contextos que están contiguos al camino, por ende, se va a tener información sistemática y científica con respecto a los sitios arqueológicos que aquí se encuentran. Y estos depósitos se van a poder estudiar, se va a poder obtener información sobre los modos de vida del pasado que aquí subsistieron, y se va a poder entregar información a la comunidad para que pueda hacer uso de ella. Difundirla y apropiarla como parte de su patrimonio”.