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¿Qué sabemos de Ricardo Harex González?: A 21 años desde que fue desaparecido

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Sabemos que Ricardo Harex González nació el 7 de febrero de 1984, hoy tendría 38 años. Es hijo de Margot y Sergio, y en 2001 terminaba la secundaria en el Liceo Salesiano San José. Sabemos que, hace 21 años, la noche del 19 de octubre le dio un beso cariñoso a su madre, y se fue a “carretear” con un grupo de compañeros en un quincho de Playa Norte, lugar en que sus amigos lo vieron por última vez, luego que se retirara pasada la media noche.

Hay cosas que hoy sabemos por testimonios y declaraciones, que permiten especular con cierta propiedad respecto de lo que ocurrió más tarde.

Ricardo enfiló sus pasos a un minimarket de Diagonal Don Bosco, para comer algo rápido, seguramente un habitual “bajón” entre los jóvenes de la época antes de volver a casa.

Sabemos que en el local comercial había cámaras de seguridad que habrían grabado la presencia del adolescente en el recinto, pero nunca pudieron ser revisados los videos, ya que “alguien” los habría solicitado días más tarde a la administración. Se especuló quien habría sido, pero nunca se supo a ciencia cierta, eso no lo sabemos.

Sabemos que la desaparición del muchacho detonó una búsqueda generalizada, incluso marchas de la comunidad educativa del Liceo San José, las que incluso fueron encabezadas por el entonces rector, el sacerdote Rimsky Rojas. Sabemos que el mismo cura encabezó oraciones para que apareciera sano y salvo el joven Ricardo.

Sabemos que, con el paso de las semanas y los meses, se fue desvaneciendo el interés público por el caso, si bien la búsqueda de parte de los más cercanos continuaba, ya no había operaciones rastrillo, ni marchas reclamando respuestas.

Sabemos que la policía comenzó a investigar y que incluso centró su mirada en el padre de Ricardo como sospechoso, ya que él trabajaba en la morgue de Punta Arenas, así que le pareció plausible al juez de la época el indagarlo. Sabemos que dichas diligencias no condujeron a nada.

Muy poco a poco, pero en incremento constante, hubo voces que comenzaron a centrar sus comentarios en el cura Rimsky. Sabemos que era un extravagante que vestía capa larga y paseaba por las noches “rescatando” a sus alumnos en su jeep, él mismo lo reconocía como una acción que velaba por la seguridad de los niños, para que no les pasara nada. Así lo decía él, lo sabemos.

Hubo personas que pensaban que era un comprometido con sus estudiantes, pero sabemos que había quienes no comprendían las atribuciones que se tomaba, dichas conductas se sentían extrañas. Hoy, conocidas muchas historias oscuras de sacerdotes que cometieron actos atroces aprovechándose de su investidura, sabemos que no eran adecuadas.

Varios jueces tuvieron bajo su alero la indagatoria de la desaparición del joven Ricardo, dejando incluso dormir el extenso expediente en el segundo cajón de un escritorio bajo llave en el 2º Juzgado de Punta Arenas, lo sabemos.

Sabemos que tanto tiempo se perdió y tan poco se hizo, que en un momento determinado la familia vio frente a sus ojos lo peor que podría pasarles, decretándose el archivo provisional de la causa, al no haber nuevos antecedentes.

El tiempo pasó, y la angustia de Sergio y Margot nunca los abandonó, la tristeza fue parte de su día a día, al ver el lecho de su hijo vacío, con sus pertenencias intactas, ya que mantuvieron por mucho tiempo inmaculado el espacio que él llenaba con su alegría y sus ganas de jugar a la pelota, ellos lo han contado, lo sabemos.

Fue hasta el 23 de febrero de 2011 que descansaría el proceso en el archivo del tribunal, ya que se avecinaba una tormenta mediática luego que un reportero escribiera sobre el hallazgo de restos óseos en los terrenos del hoy Gimnasio de la Confederación Deportiva, noticia que le sirvió al entonces abogado de la Familia Harex, Juan José Arcos (Srdanovic) pedir la reapertura de la causa.

Sabemos que en esa época la Fiscalía de Punta Arenas inició diligencias para verificar dichos restos, y también sabemos que ante la posibilidad de que Ricardo hubiese pasado por las inmediaciones del lugar en que se levantaron los huesos, se pidió que se desarchivara el caso. Sabemos que gracias a eso se logró la designación de un ministro especial de la Corte, siendo designada doña Marta Jimena Pinto, quien inició una batería de acciones destinadas a llenar los tremendos vacíos e incongruencias que hubo durante toda la investigación desarrollada en 10 años.

Sabemos lo que vino después, aunque sin certeza, del grado de relación que hubo con los huesos encontrados, la reapertura y las nuevas diligencias; pero sí sabemos que apenas pasaron 4 días desde el hallazgo para que el cura Rimsky Rojas se suicidara en la casa de retiro donde permanecía atendido por una profunda depresión.

Pensábamos -quienes fuimos testigos de todo lo ocurrido- que el Caso Harex tomaba nueva fuerza, y no hubo mucho que esperar, ya que al día siguiente, un sujeto de 37 años confesó a la PDI de Punta Arenas haber estado directamente involucrado en el crimen del joven Ricardo. Hoy sabemos que era una persona desequilibrada y que mintió, y sabemos que el bochornoso impacto mediático que provocó su detención se habría evitado al revisar los antecedentes del individuo, ya que él estaba cumpliendo una condena en prisión en la época que el joven Harex desapareció. Mucha ilusión y dolor innecesario para la familia, lo sabemos.

Pese al traspié, la ministra Pinto siguió realizando diligencias, muchas fueron difundidas por los medios de comunicación, pero muchas fueron en absoluto sigilo.

Sabemos que se realizó revisión de terrenos en la casa de retiro que la congregación salesiana mantenía en el ingreso al sector de Barranco Amarillo; sabemos que una persona afirmó haber visto movimientos extraños en el lugar el día que se perdió Ricardo. Sabemos que la Brigada de Homicidios también realizó un “puerta a puerta” en Playa Norte y en el Barrio Croata, entrevistando a antiguos vecinos que pudieran recordar algo en particular de la triste noche de octubre de 2001. Todos esos antecedentes, sabemos que le permitieron a la ministra llegar a la conclusión que en la desaparición del joven Harex González, el principal involucrado fue el ya extinto Rimsky Rojas.

Pero sabemos además que su indagatoria no terminó ahí, hoy mejor que nunca lo sabemos, ya que amplió su mirada sobre quienes podrían saber lo que sucedió y no hicieron nada en su momento, cuando debían haberlo hecho.

Sabemos entonces que recopiló antecedentes y entrevistas que le permitieron dar por sentado que, en calidad de encubridores u obstructores de diligencias, hubo cuatro funcionarios de Carabineros y tres sacerdotes de la época, quienes a su juicio también tendrán que hacerse responsable de sus acciones y omisiones, y lo sabemos porque emitió sendas órdenes de procesamiento por su eventual participación en la desaparición forzosa o secuestro infantil de Ricardo Harex González.

Foto: Joel Estay Jara

Sabemos que hoy, 19 de octubre de 2022, la esperanza abraza nuevamente a Margot y a Sergio, ya que no se ha olvidado la memoria de su hijo, y que, por el contrario, está quizás a un paso más cerca de encontrar descanso eterno, siendo lo único que piden el saber que pasó con Ricardo, lo mismo que toda la comunidad magallánica está pidiendo, lo sabemos.

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