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Havstracto lanza “Kitchikouar (II)”: un manifiesto sonoro desde las profundidades del territorio Kawésqar

Una nueva obra que combina arte, electrónica y memoria surge desde el extremo austral del país. El artista visual magallánico Nicolás Vera dos Santos, bajo su seudónimo Havstracto, acaba de lanzar su disco Kitchikouar (II), una producción experimental que cruza paisajes sonoros, grabaciones de campo y sintetizadores digitales para construir un viaje inmersivo por el maritorio Kawésqar y los efectos del extractivismo en la Patagonia.
Editado por el sello regional Eolo Producciones, el álbum fue desarrollado durante diez meses y está compuesto por siete tracks que oscilan entre el IDM (intelligent dance music) y el witchhouse. Cada pieza busca evocar el fondo marino, los bosques submarinos y las fracturas ecológicas provocadas por la industria salmonera, el deshielo y otras formas de intervención humana que tensionan este ecosistema único.
“Kitchikouar es un proyecto ambicioso que mezcla lo pictórico, lo sonoro, el video arte y la fotografía. Es una experimentación transdisciplinar nacida de mi interés por fusionar todos los lenguajes que me conmueven”, explica Havstracto, quien comenzó a producir música en 2016 influenciado por referentes como Aphex Twin y Crystal Castles.
El artista, ampliamente reconocido por su trayectoria en artes visuales, mapping e instalaciones, señala que esta nueva entrega es tanto bailable como introspectiva. “Es un poco bailar y sentir el dolor del extractivismo, pues la música libera y expande nuestra percepción sensorial. Esta obra busca traducir las inquietudes y resistencias del territorio desde el fin del mundo”, agrega.
Kitchikouar (II) ya se encuentra disponible en el sitio oficial de Eolo Producciones (bandcamp.com) y en su canal de YouTube. El sello, fundado en 2001 por el dúo Lluvia Ácida, ha retomado su labor editorial con un fuerte enfoque en música electrónica y experimental creada en la región de Magallanes.
La obra se presenta como una invitación a escuchar la Patagonia no solo con los oídos, sino también con el cuerpo, en una experiencia sonora que conecta arte, identidad y defensa ambiental desde las aguas del sur del mundo.
