Comunicado de Prensa
Con taller de zancos y batucadas el centro de cumplimiento juvenil avanza en la reinserción

La invitación a conocer una nueva experiencia pedagógica en la oferta educativa que se entrega a jóvenes que cumplen sanción en el Centro de Cumplimiento Juvenil de Punta Arenas – dependiente del Servicio de Reinserción Social Juvenil de Magallanes – sólo reunía datos generales: un taller de aula invertida en modalidad zancos y batucadas. Aun así, la convocatoria fue bien recibida por el director regional César Montiel Alvarado, quien decidió motivar a otros funcionarios a aceptar el desafío de participar en el taller.
La cita estaba programada en el gimnasio del Centro de Cumplimiento Juvenil, para lo cual se debía asistir con ropa deportiva y disposición a experimentar algo distinto. ¡Y lo fue! El taller comenzó con la entrega de instrucciones generales tanto a las y los funcionarios del Servicio de Reinserción Social Juvenil que asistieron, como también a los jóvenes que participaron.
Premunidos de zancos y elementos de seguridad, la autoridad regional decidió intentar montarse sobre los zancos, elementos que conforman el taller con enfoque pedagógico para el aprendizaje activo o “aula invertida”.
La iniciativa que forma parte de la oferta programática educativa para la reinserción de jóvenes fue liderada por Alfredo Agüero, profesional de la Unidad de Educación del Centro IP IRC LAE IP y apoyada por Claudia Soto, profesional de la Unidad de Operaciones. Además, participaron como apoyo adicional los funcionarios Rubén Velásquez, Shirley Jil, Miguel Ángel Pardo y Laura Rongo.
El taller propuso una experiencia educativa transformadora basada en el uso de zancos como herramienta pedagógica, corporal y simbólica, que incluyó algunos ejercicios básicos de calentamiento, para dar paso a la instalación de los zancos, en donde los jóvenes que cumplen sanción se convirtieron en facilitadores enseñando a los profesionales sobre seguridad y estabilización.
“Este enfoque metodológico se inspira en el modelo del aula invertida, donde se rompe la lógica tradicional del docente que enseña y el estudiante que recibe. Aquí, los jóvenes fueron los protagonistas del saber y la enseñanza, mientras que los profesionales asumieron el rol de aprendices, encargados también de resguardar el cuidado y la seguridad del proceso. De esta manera, el taller se convirtió en una experiencia sin jerarquías, en la cual se dio paso al aprendizaje bidireccional, al liderazgo juvenil en un entorno de cuidado, juego y reflexión”, explicó Alfredo Agüero, profesional de la Unidad de Educación del Centro IP IRC LAE IP.
Funcionarios aceptaron el desafío de usar zancos
El director regional César Montiel, junto a los profesionales Susan Romo, nutricionista y profesional de la Unidad de Administración; y Diego Subiabre, profesional de la Unidad de Apoyo a la Reinserción, de la dirección regional, aceptaron el desafío y experimentaron el uso de zancos durante una agotadora jornada.
“Fue una experiencia gratificante y desafiante que me dejó llena de energía. Debo destacar que los jóvenes se mostraron afables, receptivos y motivados al transmitir lo que ellos han ido aprendiendo. Gracias Totales”, señaló Susan Romo, nutricionista del Centro IP IRC LAE IP.
“Antes que todo, para mí siempre es muy significativo participar en actividades junto a los jóvenes, con quienes trabajé durante tantos años. Me llena de alegría verlos nuevamente, especialmente en instancias donde pueden desenvolverse con otras personas, mostrando sus habilidades y abriéndose a compartir de formas distintas. Durante la actividad, me sentí muy seguro, ya que el joven que me enseñó a usar los zancos me transmitió plena confianza y seguridad. Fue una experiencia enriquecedora y llena de sentido”, manifestó Diego Subiabre, profesional de línea de la Unidad de Apoyo a la Reinserción de la dirección regional.
César Montiel, director regional del Servicio de Reinserción Social Juvenil de Magallanes valoró la experiencia y lo desafiante del taller. “El hecho de que adultos, que son parte de la institución, se subieran a los zancos y fueran cuidados y guiados por los jóvenes, reconfigura roles tradicionales y muestra un ejemplo concreto de cómo se pueden generar vínculos colaborativos. Esta actividad fue además muy emotiva y nos permitió conectar vivencialmente con los chiquillos. Ellos no fueron receptores pasivos, sino facilitadores y cuidadores, lo que fortaleció su autoestima, liderazgo y sentido de responsabilidad”.
La dinámica de trabajo y aprendizaje también incluyó la elaboración de tarjetas con el detalle de las emociones vividas, y un círculo de cierre en el cual los participantes pudieron expresar sus agradecimientos, aprendizajes y sentimientos, lo que permitió integrar lo emocional con lo cognitivo.
Finalmente, los jóvenes mostraron a los asistentes lo aprendido en el taller de batucadas, a cargo del grupo “Sakumba Austral”, que han apoyado a los jóvenes a través de estas herramientas de educación no tradicional, que fomentan la expresión corporal, la confianza y la cohesión grupal, usando el cuerpo como herramienta de aprendizaje, lo que permite romper con estructuras rígidas y abrir paso a nuevas formas de expresión y construcción colectiva del conocimiento.
La reinserción de los jóvenes que se encuentran cumpliendo sanción se ve favorecida con iniciativas como estas en las cuales pueden acceder a espacios más significativos, al otorgarles protagonismo de manera formativa, lo que refuerza su sentido de utilidad, pertenencia y capacidad de aportar a su entorno.
