Cruel asesino de joven natalina es trasladado a La Serena: Acusó asedio de otros reos

Si nos referimos a Diego Armando Molina Guerrero, probablemente muchos habitantes de Puerto Natales recordarán uno de los hechos más lamentables que ha golpeado a dicha comunidad en los últimos años. Este sociópata fue condenado por el macabro asesinato de Priscila Vera Mansilla en 2015, luego de propinarle 94 puñaladas a la joven de tan sólo 21 años. Ahora, como ha sido característico en su encierro, sigue dando que hablar, reclamando que otros reos lo asedian por el tipo de crimen que cometió.

A través de una solicitud judicial tramitada en el Juzgado de Garantía de Concepción, Molina Guerrero solicitó el traslado desde el Complejo Penitenciario del Biobío, donde actualmente cumplía la sentencia de cadena perpetua que se le impuso por el asesinato de la natalina, hacia otro complejo penitenciario, proponiendo la cárcel de Colina 2 en Santiago o en el Complejo Penitenciario de La Serena.

La principal razón esgrimida resultó ser: “Constantemente ha sido hostigado por otros internos, en consideración al delito por el cual fue condenado, incluso ha sido agredido en diversas oportunidades, quedando constancia de las lesiones sufridas en los formularios de constatación de lesiones observadas el 21 de junio de 2018, el 18 de julio de 2018 y el 02 de noviembre de 2018”.

“Las condiciones en que actualmente se encuentra el interno Molina Guerreo, tanto físicas como psicológicas, ameritan una intervención en favor de la protección se su integridad física y psíquica, lo que podría lograrse a través de su traslado”, plantea el recurso interpuesto por el defensor público penitenciario de la zona, Alejandro Vera.

Cabe recordar que la vida tras las rejas de este peligroso homicida no ha estado exenta de diversas situaciones escandalosas. Ha atentado contra su vida, ha protagonizado riñas, agresiones y amenazas a funcionarios de Gendarmería, destrozos, y lo más perturbador ocurrió en 2017 en el complejo penitenciario de Punta Arenas, donde se embarró con sus propias heces en señal de descontento por un castigo que le fue impuesto.

Habrá que esperar qué le depara el destino a este antisocial, quien no puede optar a ningún beneficio extracarcelario hasta que cumpla, a lo menos, 20 años tras las rejas.