Fiscalía de Punta Arenas abrió carpeta investigativa por muerte de hombre abatido por la PDI

Hace menos de una semana que murió Oscar Fernández Vargas, sujeto de 28 años que, en medio de un procedimiento policial, apuntó un arma en contra de los funcionarios de la PDI que acudieron a un llamado de auxilio por amenazas en contexto de violencia intrafamiliar. A raíz de su fallecimiento, se informó hoy (23 de febrero) que la Fiscalía abrió una investigación para establecer eventuales responsabilidades por el deceso.

Fue el fiscal Fernando Dobson, fiscal jefe de Punta Arenas quien, ante los requerimientos de El Magallánico, confirmó que se abrió una carpeta investigativa en la cual se están reuniendo los antecedentes necesarios a establecer si hubo o no responsabilidades penales personales respecto del deceso del sujeto.

Fernández Vargas presentaba dos heridas, una lesión superficial por el rose de un disparo en una de sus extremidades y una herida por impacto de proyectil balístico en el cuello, herida mortal que fue la que finalmente le costó la vida.

La indagatoria iniciada por el Ministerio Público no significa hasta este punto que existan personas en calidad de imputadas o que se esté cuestionando el actuar de la PDI, pero al haber un fallecimiento, es necesario establecer si las circunstancias fatídicas pudieron haber tenido un final diferente.

El deceso

Cabe recordar que la tarde del jueves 16 de febrero, tres funcionarios de la policía civil llegaron hasta el pasaje Los Colivoro, lugar en que se encontraron con un hombre portando una pistola que a primera vista parecía de fuego.

En repetidas oportunidades lo conminaron a lanzar el alma al piso, lo que no solo no hizo, sino que apuntó y percutó en contra de los efectivos policiales.

Así las cosas, y como se observó en un video “viralizado” a través de las redes sociales, los detectives dispararon al piso, hiriendo en una pierna al sujeto, cayendo éste al piso, tras lo cual volvió a incorporarse para volver a apuntar el arma que portaba contra los detectives, instantes en que recibe el segundo proyectil en el cuello, desplomándose en el lugar.

Es dable también señalar que, posteriormente se supo que la pistola que portaba Fernández Vargas era de fogueo, cuestión que era prácticamente imposible en el contexto vivido identificar. Además, en el lugar habían familiares y vecinos que, al igual que los policías, le gritaban para que bajara el arma.

Ahora bien, al tratarse de una investigación que no ha sido formalizada ante el Juzgado de Garantía, no tiene un plazo límite, por lo que sólo restará esperar el paso del tiempo para saber si se le imputan o no cargos a alguno de los detectives que se vieron involucrados en el hecho.