Comunicado de Prensa
Espectáculo de danza inspirado en la Antártica debuta con función gratuita en Punta Arenas
“La Antártica es futuro, riqueza, patrimonio de la humanidad. Nuestra intuición nos dice que allí hay una fórmula y un modelo de humanidad que deseamos proponer como posibilidad de futuro. La pureza de su atmósfera y de su paisaje, conmueve. A través de este espectáculo queremos traer un pedacito de esa belleza”, dice Italo Tai, director general de “Antártica”, espectáculo de danza que se presentará el 27 y el 28 de enero en el Centro Cultural Claudio Paredes Chamorro de Punta Arenas, con entrada liberada. Luego, en julio, tendrá una temporada en Santiago, en el centro cultural GAM.
La obra combina danza contemporánea con una visualidad envolvente, canto y música compuesta especialmente por Sebastián Errázuriz (“Gloria”, “Antuco”, “La comedia del Ande”), además de textos poéticos -en off- de Oscar Pinochet de la Barra y Juan Pablo Riveros, quienes se acercan al continente helado en varias de sus obras. El elenco está formado por Claudia Vicuña (“Lo que pide un cuerpo”, “Blanco”), Karin Collao, Vannia Pascualetti, Rodrigo Jorquera, Javier Lecaros y el mismo Italo Tai.
“Antártica” es una invitación a viajar al sur del sur. La obertura instala míticamente al continente y luego revisa la época heroica, que corresponde al arribo de los exploradores: hombres del siglo XIX, invasores, voluntaristas, que buscan dominar (suecos, ingleses, norteamericanos), y el capitán Robert Scott (1868-1912) como símbolo de la humanidad derrotada por los elementos. La obra propone entrar en el plano astral y es capaz de reconocer, finalmente, los mundos sutiles que el continente helado preserva, tanto en la superficie como bajo la tierra y bajo las aguas.
A continuación, la pieza hurga en la poética del paisaje (los hielos, el océano) y el misterio que encarna el símbolo y arquetipo del Sur Profundo. Finalmente se muestra cómo la humanidad, a través de los acuerdos internacionales, ha decidido que la Antártica es de todos y es de nadie, que se preserva ecológicamente y no se puede explotar, lo que se volverá a repensar en 2047.
“Este trabajo posee un carácter mítico. Sin lugar a duda echamos mano a toda una estética, donde se plantea una humanidad del futuro. Lo que pretendemos es que el espectador vea un Ballet Nacional de la Antártica del 2300. Estoy mitificando hacia el futuro. Ellos ya cruzaron los fuegos y vienen a nosotros como en un sueño, a mostrarnos lo que podemos ser, lo que vamos a ser”, precisa Italo Tai.
Largo y profundo proceso
¿Por qué la Antártica como inspiración? El director explica que en la obra se presenta a la Antártica como un regalo mítico, “nosotros la estamos interpretando desde el mito para plantear que representa, justamente, la respuesta a todo el cambio y la transformación que estamos viviendo a nivel mundial. Nosotros lo que hacemos es plantear esto a través de la danza, del rito, de la belleza, de los estímulos visuales, para que al espectador le quede la sensación de que hay una posibilidad maravillosa en un continente que está intocado, virgen y puro. Es lo único que queda en el planeta de esa índole, es el reservorio de la humanidad”.
Agrega que en el continente blanco hay una posibilidad de futuro y un camino inexplorado. “Siempre los exploradores han proyectado en la Antártica algo fabuloso ¿qué es? La humanidad tiene que descubrirlo. Estamos en un proceso que cada vez más se acerca a descubrir, ampliar y abrir la puerta a la Antártica. Nosotros los habitantes australes -argentinos y chilenos, especialmente- somos privilegiados, somos los más próximos a la Antártica. Esta plantea y representa problemáticas actuales, como el cambio climático, por ejemplo, porque se está derritiendo, los mares van a subir, muchas ciudades costeras van a desaparecer y la geografía mundial va a cambiar”.
“Antártica” es resultado de un largo proceso de investigación, primero literario – tres meses de estudio bibliográfico de los tres poetas chilenos, historia, publicaciones científicas- y luego de creación escénica. Un gran aliado fue el Instituto Antártico Chileno (INACH), que colaboró con una valiosa guía e información y poniendo a Tai en contacto con la única aerolínea que viaja hasta allá (DAP).
Ese estudio bibliográfico llevó a la redacción de un guion, en base al que se trabajó, se creó la música, los elementos visuales y de diseño de vestuario, además un taller coreográfico buscando lenguajes de movimiento.
El director, junto a la productora Carola Sainz y a Sebastián Errázuriz viajaron a los hielos eternos. “Estuvimos un día, pero percibimos y escuchamos la grandeza del lugar. Aproveché de hacer algunas performances con frío y viento. Fue inolvidable, porque intenté ofrecer a través de la danza un rito entre la humanidad, el entorno y el universo”.
El estreno en Punta Arenas es muy importante para el equipo. “Desde Arica, al polo sur, Punta Arenas es el centro. Me gusta proponer cambios de esquema mental. Punta Arenas, que es la última frontera, se transforma ahora en centro en nuestro trabajo”, subraya Italo Tai.