Magallanes
Terminó ante la justicia por golpear a sujeto que habría estafado a su papá
Con cargos por robo con violencia terminó J.L.B.G., garzón de 22 años, quien fue detenido la noche del martes por Carabineros tras ser sindicado como el autor de una agresión y la sustracción de una chaqueta. Enfrentado a la justicia, el joven admitió haberse dejado llevar por la “calentura del momento”, afirmando que la víctima del caso habría timado a su papá afectando su fuente de trabajo.
“No soy un ladrón, no sería capaz de cometer un robo, pero tenía rabia, señor juez usted me entendería, quien no la tendría”, fueron las palabras con las que, el mediodía de este miércoles (28 de febrero), el imputado intentó justificar su actuar. J.L.B.G. fue llevado al Juzgado de Garantía de Punta Arenas en donde se formalizó investigación, atribuyéndole autoría en un robo con violencia, grave delito que tiene penas asociadas superiores a los 5 años de cárcel.
De acuerdo a lo expuesto por la fiscal (s) Loreto Díaz, el imputado llegó, a eso de las 22:15 horas, hasta la casa del denunciante, en calle José Octavio Castro, lugar donde, supuestamente, agredió a la víctima, a quien contactó previamente para reunirse en el lugar, y luego, le arrebató su costosa chaqueta, huyendo con dicha prenda.
Lo antes mencionado no tuvo mucho sentido, sólo hasta que la Fiscalía dio a conocer la declaración del propio garzón imputado, quien reconoció haber atacado a la víctima, con quien se contactó luego de saber que él estafó a su padre arruinándole una maquinaria, y quedándose con 50 mil pesos, por lo que, furibundo, inventó una “pega” para el denunciante, con quien se “armó la trifulca”, dinámica en la que se quedó con la chaqueta de su contrincante antes de que éste se escondiera en su casa, prenda que aseguró, y debido al cólera que lo invadía, arrojó al interior del Parque María Behety.
En resumen, dicho arrebato llevó ante la justicia a este joven, dado que cuando fue detenido por Carabineros, dijo lo sucedido e indicó donde se desprendió de la casaca, pero para su mala suerte, alguien ya la había recogido, por lo que se configuró la figura de robo.
El imputado no podrá abandonar la región mientras dure la investigación, y quedó con la prohibición de acercarse a la víctima, fijándose un plazo de 60 días para investigar los pormenores de lo ocurrido.
Cabe consignar que la supuesta estafa que habría gatillado todo este episodio, fue denunciada a la policía por el padre del imputado.